Victoria Troyano, intérprete de conferencias y traductora

Quién está detrás de esto

Hola, me llamo Victoria y me apellido Troyano

Sí, como el virus. Menos mal que no me he dedicado a la informática.

Victoria Troyano
Victoria Troyano - Intérprete de conferencias y traductora

Te cuento un poco sobre mí.

Nací en Cádiz porque mi familia es de allí y querían que la sangre andaluza corriera por mis venas. A mí me encanta ser andaluza, aunque tengo un acentazo de Madrid que, ante los andaluces «de pura cepa», me hace parecer un poco farsante, la verdad.

Leo como si no hubiese un mañana. Me encanta, desde que era pequeña. Siempre estoy formándome porque soy muy curiosa y me encanta aprender. También soy muy organizada, no puedo vivir sin mi agenda y ordeno mi ropa y mis libros por colores.

Dicho esto, vamos a los estudios.

En primer lugar, debes saber soy una trotamundos. Viví tres años en Francia, donde hice infantil. Allí aprendí a leer y a escribir en francés. Mis padres me enseñaban español en casa. No recuerdo el trauma. A esa edad, tuve la suerte de absorber el francés como una esponja.

Fui al instituto en Italia, allí viví otros tres años. Era un instituto bilingüe italiano-inglés. Yo, que para entonces solo hablaba español y francés, recuerdo que llegaba a mi casa, tiraba la mochila y me ponía a llorar. No entendía nada, no sabía comunicarme con mis compañeros de clase y encima era adolescente, la vida era injusta.

Pero aprendí.

Aprendí italiano e inglés, no me quedaba otra. También me cultivé en el arte de gestionar la frustración y el estrés (hoy en día lo llaman «salir de la zona de confort»). Perdí la vergüenza a comunicarme en otros idiomas, aunque tuviera que inventarme algunas palabras y usar un lenguaje de signos cutre. Aprendí a empatizar y a adaptarme rápidamente a nuevos entornos, culturas y personas diferentes.

Bien.

Imagino que no te sorprenderá descubrir que estudié Lenguas Modernas y Traducción en la Universidad de Alcalá. Pero no fue por inercia. Lo hice porque descubrí mi pasión en las lenguas y en sus culturas.

Me fui un año a Inglaterra, de Erasmus. Quería perfeccionar el inglés y comprobar si podía vivir sola sin quemar la cocina. Nada que añadir al respecto de esto último, pero el inglés me quedó on point.

Después estudié el Máster de Interpretación de Conferencias en la Universidad Pontificia de Comillas. Fue un año de aprendizaje constante. Intenso, pero muy gratificante.

¿Vida laboral? Voy.

Acabé el máster y me fui a vivir a Bruselas. Hice unas prácticas de traducción en la Comisión Europea y trabajé una buena temporada en una organización agrícola como intérprete y traductora. Sin quererlo ni buscarlo, acabé interpretando diariamente sobre aceite, vino, ovejas, cerdos, cabras… ¡hasta sobre patatas! La agricultura y la ganadería se acabaron convirtiendo en dos de mis especialidades.

A esto le siguió un posgrado de comunicación estratégica corporativa y un trabajo estable de dos años en el mundo de la comunicación. En total, me tiré tres años y medio en la capital europea.

Pero Bruselas es un poco gris, y tantos años dando vueltas de aquí para allá, pues una echa de menos el calor de la madre patria, así que volví a España.

Y emprendí.

Actualmente resido en Madrid, aquí ofrezco mis servicios de interpretación, traducción y comunicación, aunque me desplazo por toda España y por el mundo. Como habrás visto, no tengo problemas para viajar.

Ahora que me conoces un poco más, quizás te apetece que trabajemos juntos. 

Si es así, ya sabes, escríbeme y vemos tu proyecto.

Te garantizo una atención personalizada, trato cercano, confidencialidad, calidad, profesionalidad y personalidad.

Si no, no hard feelings.

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